Cuando se publica El arpa y la sombra en 1979, Alejo Carpentier ha cumplido ya una trayectoria profesional impresionante. Los premios recibidos en los años inmediatamente anteriores dan fe de ello: el Premio Miguel de Cervantes en 1977, el Premio Internacional Alfonso Reyes en 1975, el mismo año el Premio Cino del Duca. También los homenajes se suceden: Doctor Honoris Causa por la Universidad de La Habana en 1975, homenaje nacional celebrado en Cuba para celebrar sus setenta años en 1974, y diez años antes, en 1964, la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí había organizado un homenaje para conmemorar sus cuarenta y cinco años de trabajo intelectual, un trabajo intelectual que había dado lugar a una de las producciones literarias más importantes dentro de la denominada ?nueva novela? hispanoamericana. Las traducciones de sus obras y los reconocimientos internacionales también se sucedían con la aparición de cada novela. Paralela a su faceta creativa, Alejo Carpentier había desarrollado una faceta crítica y teórica fundamental como acercamiento a una narrativa que estaba asombrando al mundo desde mediados del siglo XX.