EL CABALLO Y EL HOMBRE 11

EL CABALLO Y EL HOMBRE 11

$ 119.00
Pesos mexicanos (MXN)
Sin Existencia, informes favor de llamar
Editorial:
VINCIANA
Año de edición:
ISBN:
978-88-86256-10-0
Páginas:
30
$ 119.00
Pesos mexicanos (MXN)
Sin Existencia, informes favor de llamar

En este álbum trataremos, tanto desde el punto de vista anatómico como figurativo, una de las convivencias más interesantes y fecundas que el hombre > ha podido realizar con el mundo animal: la relación entre el hombre y el caballo. > Podemos afirmar sin lugar a dudas que éste ha sido el connubio hombre-animal que más profundamente ha marcado la historia de la humanidad. En el curso de los siglos, la producción artística nos ha regalado estupendas imágenes en las que el caballo > destaca por su armonía, belleza y fiel participación en las vicisitudes humanas. A un dibujante o pintor que desee iniciarse en este tema pictórico le resultará de gran utilidad y ayuda estudiar, aunque no necesariamente de forma exhaustiva, la anatomía comparada, las formas y proporciones recíprocas de ambos sujetos. Aun siendo diferentes, el hombre y el caballo > presentan sorprendentes afinidades: su esqueleto, por ejemplo, consta de los mismos elementos constitutivos, aunque uno se adapte a la posición cuadrúpeda y el otro a la bípeda. En el caballo, > cuadrúpedo por excelencia, se puede notar el gran desarrollo del cráneo y el cuello, que intervienen activamente en la coordinación del movimiento como equilibradores y redistribuidores del peso, acción que en el hombre desempeñan sobre todo los miembros anteriores. Si consideramos lo dicho hasta aquí, y teniendo en cuenta que en el caballo los miembros posteriores actúan como propulsores y los anteriores como apoyo seguro, nos resulta evidente por qué su cuello y cuarto posterior se presentan siempre potentes y bien conformados. Hemos hablado de apoyo, en el hombre, > el apoyo en posición erecta se realiza a través del contacto de toda la región plantar con el terreno, desde el calcáneo hasta los dedos, mientras que en el caballo, al ser solípedo, se produce solamente en la porción distal de un dedo, el tercero, es decir en el casco, el revestimiento córneo ungueal de la tercera falange.