En estos días en los que la vida arrastra a la humanidad hacia una vorágine de locura y autodestrucción, hemos llegado a un punto crucial en nuestra existencia como civilización. Nos hemos preocupado demasiado por las cosas que podemos obtener con dinero para embellecer nuestros hogares y a nosotros mismos, pero nos hemos olvidado de las cosas que realmente son importantes y que no cuestan un solo centavo: el amor y el espíritu. Pero de toda la oscuridad en la que nosotros mismos nos hemos sumergido, surgió una potente luz que iluminó al mundo entero con su amor, bondad, desapego y sabiduría. Una mujer cuya apariencia podría significar muy poca cosa, pero la fuerza que emanaba de su interior la hacían verse más grande que cualquier bandera, país o frontera.áSu nombre fue Inés Gonxa Bojaxhiu -así la llamaron sus padres y con ese nombre creció. Como una divina mariposa pasó gran parte de su vida dentro de un capullo de sufrimiento y amor hasta que al salir se convirtió en un ser iluminado por Dios, en una mujer que tendría millones de hijos, por lo que tomó el nombre de Teresa, Madre Teresa de Calcuta.á