Un narrador anónimo se obsesiona con el ojo transparente ojo de buitre de un anciano con el cual convive. Tal es la angustia que el ojo enfermo despierta en el protagonista, que este planea asesinar al anciano, el crimen es estudiado cuidadosamente y tras ser perpetrado, el cadáver descuartizado y escondido en un lugar recóndito de la casa el asesino acaba delatándose a sí mismo frente a la policía. Imaginando alucinadamente que el corazón del viejo ha vuelto a la vida.