El bien y el mal siempre han representado un conflicto para los seres humanos. Pero como diría el poeta novohispano, Bernardo de Balbuena siempre se apetece lo dañoso: lo que algunos condenan como malo, para otros representa el reto, el gusto culposo, como le sucede al Dr. Jekyll, quien encuentra una atracción seductora en el mal.