Libro-amor, un libro-arte, un libro-bomba. En sus páginas se abre el secreto de un mural desconocido de José Clemente Orozco: el de la simiente y el estallido de su alma en el amor y de sus pasiones artísticas, a través de 465 cartas inéditas que el pintor escribió para Refugio Castillo, en el periodo de 1909 a 1921, y que fueron proporcionadas a Adriana Malvido por don Julio Scherer García. El amor es amor, pero lo es más si pasa por la letra escrita. Y Orozco, en su arrobo emocional, lo sabe. Escribe a Refugio febrilmente, con derroche de obsesión, sembrando promesas, apelando a la ternura, arreando a sus demonios, fustigando lejanías, errancias propias y zozobras que los distancia, pero también con algarabías, con jocosidad, haciendo reflexiones capitales sobre el arte y la pintura, esparciendo en sus cartas la fragancia a pólvoras de su ser y de su época. Y al hacerlo, al escribirle a ella, la dibuja, la pinta, la moldea, y el amor toca en reciprocidad a Refugio, convirtiéndola en una especie de Penelope que teje en silencio la espera en el marco de un país cruzado por la Revolución. Las cartas ilustradas de José Clemente Orozco a Refugio Castillo, que fueron adquiridas por la Fundación JAPS, son también espejo de soledades, otro eco de la pasión, que han encontrado en la autora de este libro una acompañante del amor y del arte, quien se entrega a su propia pasión, la de la escritura, para reconstruir -como si les dotara de un hogar en el tiempo al artista y su musa niña- los avatares históricos y sociales que los envuelven y determinarán sus caminos. El resultado: mural y manjar literario, de revelaciones íntimas en su más profunda riqueza: la del arte, la de la vida.