Cada niño posee la riqueza de un mundo interior que a menudo desconocemos, atrapados como estemos en nuestras prisas, el propio niño a menudo está perplejo y dividido entre su mundo y el de los adultos, busca puntos de referencia y su identidad. Genieve Manent nos propone salir al encuentro del niño para revelárselo o a sí mismo mediante la relajación, concebida como un arte de vivir. A semejanza del Zorro y el Principito, la relación entre el adulto y el niño se tejerá día a día de paciencia. De confianza, de descubrimiento mutuo, y revelará sus tesoros: así el niño podrá desarrollarse en su dimensión global y encontrar armonía durante todo su crecimiento, sabrá utilizar sus cinco sentidos, habitará su cuerpo íntimamente y con la felicidad, conectará más fácilmente con los demás y con su entorno, podrá entrar en el mundo adulto sin haberse saltado ninguna etapa, y aportar a ese mundo su contribución de ser completo. El adulto, escuchando al niño. Aceptando no saber, con una aproximación llena de sensibilidad, tendrá a su disposición en este libro una amplia paleta de herramientas variadas, largamente experimentadas, adaptadas a las situaciones y a cada niño, al mismo tiempo, descubrirá quién es el niño, y que el también tiene un niño interior. Este niño permite pues utilizar las herramientas de la relajación no sólo con los niños, sino también con los adultos, y en especial con los ancianos, ¡ la conciencia del propio cuerpo, la respiración, el movimiento, la posición de las tres dimensiones está de actualidad desde el primer hasta el último aliento!