Genaro Góngora Pimentes, apoyado por Alejandro Santoyo Castro, reflexiona sobre el papel de un juez, un magistrado o un ministro de la Suprema Corte de Justicia a la hora de defender los derechos humanos. Partiendo de que éstos no son resultado de un creador todopoderoso o de valores inherentes al ser humanoö, sino de una aceptación paulativa y discutible, toma como referencia su propia experiencia como juzgador para emprender un fascinante recorrido por su teoría y práctica en México y en el mundo.áHay que hacer, sin embargo, una advertencia: esta obra no es un tratado histórico no una disquisición filosófica en torno al tema. Se trata de un testimonio acerca del modo en que el antiguo presidente de nuestro Máximo Tribunal se enfrentó al desafío de concretar esta garantía y de los retos que vislumbra a corto plazo. Asimismo, es una llamada de atención sobre la evolución del Derecho y su impacto en la conformación de la legislación, la jurisprudencia y la sociedad mexicana, que nos ayudará a entender que el panorama jurídico está cambiando vertiginosamente.áEl libro abunda en material autobiográfico, el cual es un respaldo para que discurra sobre el alcance de los recursos judiciales, el control jurisdiccional en los tribunales y en la Suprema Corte, el acceso a la justicia, que suelen perderse los votos particulares, los peligros que enfrentan la independencia y la imparcialidad de los jueces y el espinoso ejercicio de algunos derechos fundamentales.á