El príncipe y el mendigo cuenta la historia de dos niños físicamente casi idénticos, pero de estratos socioeconómicos diametralmente opuestos, que intercambian sus identidades. Este sencillo argumento crea complejas situaciones que nos muestran las paradojas de las convenciones. Es decir, cómo es que nos dejamos llevar por las apariencias y por las terribles imposiciones sociales que a veces damos por sentadas y no nos percatamos sobre su pertinencia, su conveniencia o su arbitrariedad.áEs, probablemente, una de las obras de la historia de la literatura que muestran de una manera más personal e íntima las formas en las que la injusticia y los prejuicios se hacen presentes, y cómo es que la voluntad, la tenacidad y la honestidad le hacen frente y la vencen. Imagínate si no será uno de mis libros favoritos.áJorge Garralda
