Nuestras mayores alegrías, al igual que los grandes pesares, proceden de las relaciones. A menudo, para sentirnos mejor, pedimos al otro que cambie de comportamiento. Sin embargo, tratar de manipular o de influir en los demás conduce al fracaso. La clave, afirman Esther y Jerry Hicks, radica en situarnos en una posición en la que seamos capaces de valorarnos a nosotros mismos. Entonces el yo físico y el no físico vibran en armonía, nos sentimos bien y los vínculos se tornan constructivos: entramos en nuestro vórtice de atracción. Este libro responde a todas las preguntas que te hayas formulado acerca de las relaciones -de pareja, de familia, con los hijos, laborales, sexuales-, a la vez que proporciona las herramientas necesarias para sintonizar con tu propio yo eterno, para acceder al vórtice que responde a todas las peticiones y colma todos y cada uno de los deseos que emanan de ti.
