La expresión de fronteraö ha sido y es empleada con cierta recurrencia y también con llamativa capacidad de sugestión y productividad hermenéutica para caracterizar, sea determinado tipo de intelectual, sea determinadas experiencias que sirvieron de marco o de móvil para la gestión, enunciación y/o circulación de determinadas elaboraciones intelectuales, sea determinadas cristalizaciones discursivas en sí mismas. Así, se ha hablado y se habla de intelectuales de fronteraö, de experiencias de fronteraö, de obras de fronteraö.áFronteraö equivalente a punto de cruce, esto es, a lugar de convergencia y confrontación de tradiciones en principio disimiles. Fronteraö no es sólo, en proporciones y modalidades que fuera recomendable establecer en cada caso a lo largo de aproximaciones sucesivas sobre un corpus latinoamericano / latinoamericanista cuyos contornos y cuya composición también resulta imperioso labrar y delimitar pacientemente.áAsí, el proyecto intelectuales y Frontera tiene que ver con dar satisfacción de la necesidad de perfilar un andamiaje conceptual que evidencie tanto las convergencias y fusiones como las distancias, grietas y fracturas, dando cabida en su seno tanto a relecturas vigorizadoras de lo que con cierta legitimidad cabe designar canon latinoamericanistaö como al recentramiento de cuerpos de pensamiento incomprendidos o marginales que han pasado trabajosamente a la historia de la cultura en tanto cauces situados a contrapelo de lo dominante o de lo generalmente admitido, y que soportan pero que también de alguna manera reclaman nuevas iluminaciones desde miradores como el que puede proveer el denso pero escasamente sistematizado horizonte de debates en torno a la noción y a la condición de frontera.