Del autor de Aura, La Silla del Águila, La región más transparente, La muerte de Artemio Cruz.
Carlos Fuentes ganó el Premio Príncipe de Asturias 1994, el Premio Cervantes 1987, el Premio Internacional Grinzane Cavour 1994, entre otras distinciones.
Las culturas se fosilizan si están aisladas, pero nacen o renacen en el contacto con otros hombres y mujeres, los hombres y mujeres de otra cultura, otro credo, otra raza. Si no reconocemos nuestra humanidad en los demás, nunca la reconoceremos en nosotros mismos. De los espejos de obsidiana enterrados en la urbe totonaca de El Tajín a los espejos ibéricos de Cervantes y Velázquez, el de la locura y el del asombro, un intercambio de reflejos culturales ha ido y venido de una a otra orilla del Atlántico a lo largo de más de quince años; este ensayo cuenta esa historia, la nuestra.
Sólo nos vemos enteros en el espejo desenterrado de la identidad cuando aparecemos acompañados del otro; entonces somos por fin capaces de mirar de cerca las consecuencias de nuestras acciones y convertir la experiencia en conocimiento.
La crítica ha opinado: "La metáfora del espejo enterrado, la del humo que queda después del combate de los dioses, y la sangre y los ritos de vida y muerte de la civilización azteca en sus pirámides inasibles... un referente inexcusable para saber quiénes somos" -Carlos D. Mesa Gisbert, El País