En términos generales, el texto sostiene que la filiación kantiana de la obra de Rawls (que el propio autor reivindica hasta 1985, el paso previo a Political Liberalism) es indisoluble de la manera como él mismo, y la tradición a que pertenece, entiende a Kant. Esa tradición es alérgica a los dualismos que caracterizan la obra de Kant. Por lo mismo, y como se mostrará, el kantismo de Rawls es (por lo menos hasta 1985) un intento por naturalizar (en el sentido de Quine y del pragmatismo americano a la Dewey) las concepciones que subyacen en la filosofía moral de Kant.Esa naturalización de Kant es la que acerca a Rawls a las tesis del realismo interno y, en el extremo, lo conducen a Political Liberalism y, paradójicamente, al abandono de la filosofía moral de Kant eludiendo así las críticas más poderosas a su obra, como, v.gr., las inspiradas en Sandel. Este abandono lo lleva, sin embargo, a acercarse a algunas tesis de la filosofía política de Kant, en especial al modo de concebir las relaciones entre la filosofía y la política.