El conocimiento adecuado de la lengua resulta fundamental para expresar pensamientos, emociones e ideas de forma clara y coherente reduciendo los equívocos e imprecisiones en la medida de lo posible. Paralelo a esto, nos ayuda a conocer mejor nuestro legado cultural y expulsar los términos provenientes de las lenguas extranjeras que se vuelven innecesarios, inútiles y sin sentido para quien conoce su lengua. El uso irreflexivo de extranjerismos, cuyo significado se encuentra perfectamente en vocablos españoles, lejos de ser una muestra de sofisticación cultural y amplitud de miras, es un signo de ignorancia y pobreza lingüística por parte de quien utiliza acríticamente la lengua. Ahora bien, para evitar caer en ese estado, no cabe duda que el acercamiento a las etimologías grecolatinas brinda enormes beneficios y herramientas para conocer y emplear mejor el español.