Las hadas sólo tienen que ir a clases.
Hasta que cumplen nueve años, nueve
meses y nueve días.
Lizz y Patch, que son muy buenas
amigas, ya terminaron el colegio
y han decidido irse a vivir juntas
a su nueva casa: ¡un violonchelo!,
que Zed y otras hadas han construido
para ellas.
Para celebrarlas, sus padres les han
hacho unos regalos muy especiales:
un espejo y un par de gemas antiguas.
Quizá esos objetos sea... ¡mágicos!