Mi decisión está tomada: parto, querido Terámenes, y abandono mi morada en la aable Trecene. Comienzo a sonrojarme de mi ociosidad en medio de la mortal duda que me agita. Separado de mi padre desde hace más de seis meses, ignoro el destino de un ser tan caro, ignoro hasta los parajes que puedan esconderlo.