Ser Francisco de Asís corresponde a la tradición de Jesucristo y la exigencia evangélica. Es la opción por la sencillez y la fraternidad entre todos los pueblos, la naturaleza y el planeta Tierra. Cuando un papa, el primero de América Latina, elige el nombre de Francisco, tiene la intención de enviar un mensaje importante al mundo acerca de su misión, lo que posiblemente será una nueva primavera en la Iglesia.áAl hacer esta analogía entre Francisco de Asís y Francisco de Roma, Leonardo Boff acerca estas figuras simbólicas. No se trata de una simple comparación, sino de la constatación de una inspiración divina. San Francisco inició una Iglesia que caminaba con los pobres siguiendo la palabra del Evangelio, que se revela ecológica al llamar hermanos y hermanas a todos los seres. Este es el modelo de iglesia que inspira Francisco de Roma: sencilla, evangélica, desprovista de todo el aparato, y que incluye además la ética del cuidado de la vida humana y planetaria.áEste libro es también un mensaje de amor, esperanza y fe, y acoge los anhelos de todos los que queremos una Iglesia más cercana y acogedora. Pero también va dirigido a los jóvenes, que tienen hoy la responsabilidad de promover cambios que garanticen el futuro: ser solidarios con el otro, pensar en la injusticia social como un problema universal que hay que combatir, tener una actitud ecológica tanto en las pequeñas cosas como en las grandes, consumir con responsabilidad, vivir con la sencillez de Jesús e incluir a Dios en sus proyectos.
