Sigmund Freud nunca viajó a México, pero la cultura mexicana contribuyó al desarrollo de la teoría psicoanalítica: de niño, Freud recibió con ansiedad y sorpresa la noticia del fusilamiento de su compatriota Maximiliano de Habsburgo; de adulto, aprendió español, coleccionó piezas precolombinas, leyó libros de autores mexicanos y analizó varios sueños sobre México en La interpretación de los sueños. Siguiendo los vericuetos de una trama detectivesca, Freud en México revela los múltiples encuentros y desencuentros del padre del psicoanálisis con la historia mexicana.áMientras Freud pensaba en Maximiliano y en los aztecas, escritores y artistas mexicanos idearon aplicaciones sorprendentes para la teoría psicoanalítica: Salvador Novo y Octavio Paz la usaron como punto de partida para nuevos proyectos poéticos; Samuel Ramos la transformó en una reflexión sobre la identidad mexicana; Frida Kahlo y Remedios Varo realizaron pinturas analíticas, y Gregorio Lemercier fundó el primer monasterio psicoanalítico en el mundo. A diferencia de otros países, en donde la recepción del psicoanálisis estuvo en manos de doctores y psiquiatras, la historia del pensamiento freudiano en México fue protagonizada por artistas, escritores e intelectuales.