Durante la década de 1960 en adelante aparecieron una serie de críticas y alternativas de las filosofías de la ciencia tradicionales. Estas últimas se basaban en la existencia de un método de carácter universal, externo a la propia ciencia, para obtener y validar las proposiciones científicas.áUna de las llamadas en aquel entonces nuevas filosofías de la cienciaö es la de Thomas S. Kuhn, la cual asigna una importancia primordial a los aspectos históricos de la practica científica y no sólo a los lógicos y racionales. La postura de Kuhn, en opinión del autor de este libro, ofrece una mejor explicación y nos acerca más a cómo es la práctica científica real. No obstante, al mismo tiempo deja muchas interrogantes sin resolver y vuelve a abrir viejas polémicas que son fundamentales para la filosofía de la ciencia, como por ejemplo, el problema del realismo y los objetivos de la ciencia, que nunca resolvieron las filosofías tradicionales. En este libro, el autor aplica el modelo de Kuhn para analizar la obra de Galileo Galilei, resaltando algunas de sus ventajas para entender el desarrollo de la ciencia, pero al mismo tiempo, señalando algunas de las limitaciones que presenta el modelo kuhniano del desarrollo científico.