En la revolución zootécnica que supuso el encuentro de las civilizaciones americanas y europeas en el siglo XV, dos especies se cruzaron en el camino; las gallinas acompañaron a las numerosas especies domésticas que fueron traídas por los europeos al Nuevo Mundo, mientras que el pavo y o el guajolote lidero la aportación animal que fue del Nuevo al Viejo Mundo.