En el presente libro resume las experiencias, sensaciones, pensamientos y encuentros, de sus años de viajera incansable, de inquisidora, de exquisita intérprete del pensamiento moderno.Con este sentir, emprende un viaje casi interminable por los confines del mundo del arte, de la arquitectura, de las ciudades, de los pueblos. Desde Creta, a quien llama, como Homero, ´la tierra que es como el vino, hermosa y fértil´; pasa por el refinamiento de Andrea Palladio, la magia de Capadoccia, la finura de Tadao Ando, el Foro de Tokio, Santa María del Naranco, la arquitectura de Buenos Aires a partir del Prourban, la creatividad de Borromini, la latinidad de Álvaro Siza y Barragán, la lección de nuestro Banco de Londres, la majestuosidad de Buda y la herencia de la Secesión Vienesa, la magia de Machu Pichu, la renacentista lección de Miguel Ángel y decenas de ejemplos, donde arte y arquitectura, conviven en una maravillosa sinfonía.