Algunas veces la poesía escuadra la evolución y la conciencia humana en una sola voz. Cuando eso ocurre, el filamento del lenguaje se enciende de tal modo que cada palabra lleva un latido de comunión y silencio, de esperanzas y agonía, como en este libro. En Mario Bojórquez la inmaterialidad del símbolo se hace tangible, el ritmo avanza cargado de espiritualidad, es una flama suspendida sobre la boca del tiempo; su canto va y viene de la naturaleza al hombre. El poeta de Hablar Sombras usa su propia carne para levantar esta ofrenda al más alto sueño.á