Un día se modifica radicalmente nuestra percepción y vida. En un instante nuestros valores y creencias se trastocan, los cimientos se resquebrajan, aparecen prioridades que no existían. Sin embargo, esta radical metamorfosis conlleva nuestra propia plenitud. Sí. Hablo del instante en el que recordamos quiénes somos y por qué estamos aquí. Del momento en el que recobramos nuestra esencia y regresamos al hogar, a nuestra esencia, al Amor universal. ¿Cuándo ocurre esto? No hay fecha preestablecida en el calendario. Muchas veces ocurre cuando tenemos una experiencia cercana a la muerte o cuando un ser querido abandona este plano material. Hay quien asocia su ´cambio de vida´ con el momento en el que experimenta una gran pérdida. Al filo del dolor es posible vislumbrar una realidad más plena que la que concebíamos. Sin embargo, acontecimientos felices e incluso insulsos y cotidianos pueden despertar nuestra memoria y recordarnos nuestro linaje divino: la conexión con la Sabiduría Universal.