La historia de México, el conocimiento del pasado, ¿con qué objetivo y cómo se justifica adentrarse en épocas y sucesos que parecen no ser los nuestros y algunos ni siquiera los padres y los abuelos los vivieron?
La cuestión central es que, estemos conscientes o no de ello, somos el producto de la historia y por nuestras venas corre el pensamiento, la herencia cultural y los hechos políticos que han moldeado y marcado nuestra identidad como país.
Alguna vez G. Gadamer habló de la conciencia de la efectualidad histórica, la cual es, fundamentalmente, la capacidad de poder reconocerse en la diferencia, de entender que ese pasado remoto somos nosotros mismos, y que no hay presente ni futuro sino anclados en la tradición que los motiva.
Historia de México II busca, a través del análisis, hacer hablar al pasado desde el presente para ubicar cómo nuestras preocupaciones sociales ,la globalización, la llamada transición a la democracia, la fragilidad o la fortaleza de la economía nacional se comprenden mejor si se ubican en una perspectiva de larga duración. La distancia en el tiempo, más que un obstáculo, se convierte en una aliada del historiador y del estudiante.
