Aunque el año 1900 no representó un cambio que determinara el tiempo histórico propiamente dicho, puede considerarse significativo sólo en el sentido de ser el último año del siglo XIX que va a ver el fin del gobierno de Porfirio Díaz. En efecto, el inicio del siglo XX no cambió la situación económica ni política del país, por lo que Porfirio Díaz continuaba en el poder y se preparaba para gobernar en el nuevo siglo. Sin embargo, la situación económica internacional y las crisis internas del país se empezaron a agudizar en los primeros años del siglo XX, lo que abrió la posibilidad de un cambio importante en las estructuras del país. En 1907 se produjo una crisis económica mundial, en 1908 el general Díaz hizo declaraciones políticas sorprendentes que derivaron en una movilización social sin precedentes. Aunque ya había algunos movimientos opositores a la dictadura, como el de Ricardo Flores Magón, el de Francisco I. Madero fue legal y, a la postre, fue el movimiento de derrocó la dictadura porfiriana. Una vez instalado en el poder, Madero enfrentó fuerzas que surgieron durante la lucha armada contra la dictadura, pero también intereses que no desaparecieron con su gobierno y que posteriormente habrían de destituirlo y asesinarlo junto a su proyecto democratizador. Eliminado Madero, los antiguos porfiristas se preparaban para reinstalar el régimen dictatorial, pero algunos revolucionarios y nuevos poderes en desacuerdo con los porfiristas se organizaron para luchar contra los reaccionarios. Esta etapa de la lucha armada, fue sangrienta, pues los ejércitos enfrentados estaban bien armados y las bajas en los combates fueron altas. Una vez eliminado el enemigo común, los revolucionarios intentaron entablar un diálogo que les permitiera superar sus diferencias, pero no llegaron a acuerdos suficientes para deponer las armas, lo que provocó un enfrentamiento entre revolucionarios. El resultado de esta lucha de facciones terminó con la derrota de los ejércitos campesinos, el de Villa y Zapata y el triunfo del movimiento constitucionalista. Cabe señalar que en esta confrontación siempre estuvo presente el gobierno de Estados Unidos, ya fuera para apoyar a uno u otro movimiento, o para proteger sus negocios. Frecuentemente dándole la espalda a quien alguna vez le brindó su apoyo incondicional.