El libro no pretende ser una historia lineal de la agricultura mexicana, cuya riqueza haría imposible tal misión. Aquí se manejan una serie de casos, organizados cronológicamente, sobre algunos momentos importantes para la comprensión de dicha actividad en este país. La obra pretende poner a discusión la conformación de la diversidad agrícola asociada con la diversidad cultural, la sustentabilidad y los retos que ha enfrentado en algunos de los agroecosistemas mexicanos que han pervivido a través del tiempo. A la vez, enfatiza el papel de los huertos en la vida y la cultura agraria de las poblaciones del México central.áLa autora analiza el impacto que tuvo la llegada de los españoles en la dieta de los grupos del Altiplano Central mexicano: la agricultura, animales de tiro, tecnología y las plantas que se trajeron, las cuales se incorporaron al rico bagaje agrícola de estas tierras. Algunas plantas cultivadas incluso desplazaron a otras, como efecto del gusto y de los nuevos procesos culinarios, sin dejar de mencionar el papel de los nuevos mercados.