No hace falta explicar porque el manejo de las emociones es importante para un niño que está en pleno crecimiento mental y emocional. Sin embargo, cuando nos acercamos a nuestros pequeños e intentamos, con nuestras palabras, poner nombre a ese vaivén de sentimientos sin identificar, lo hacemos con nuestra perspectiva y vocabulario de adulto y a veces el mensaje no les termina de llegar.
Este libro, sin embargo, sitúa al adulto fuera, como mero espectador.
Las escenas suceden dentro del mundo infantil, entre dos hermanos, sofía y pablo, y sus padres que viven distintas situaciones en su vida diaria. Emociones como la tristeza, los celos, la alegría, el enojo, la frustración y el amor aparecen aquí de forma visual, atractiva y tierna.