EDITH OFELIA JIMENEZ IZUNDEGUI
El tabasqueño Leandro Rovirosa Wade descubre la imprevisible fuerza del agua en su niñez. Adolescente se deslumbra con la trascendencia de la ingeniería en cualquiera de sus vertientes. En la juventud integra ambos conocimientos en sus estudios encauzados a la ingeniería hidráulica. Su carrera profesional en el medio privado lo lleva al éxito, al desarrollarla con brillantez. Poco después, en el sector público vierte sus conocimientos especializados a favor de la nación, con sentido social profundo como secretario de Recursos Hidráulicos, en una época laboral romántica, cuando no existían domingos ni fiestas que guardar. Como gobernador de Tabasco deja una obra de vital importancia, manifiesta en tareas de gestión, y en obras materiales. Su vida es ejemplo de sentido del humor, de lucha, de triunfo personal y de servicio social al país. En los doscientos años de la Independencia de México y a cien años de la Revolución Mexicana, Leandro Rovirosa Wade representa la cara del éxito en cualquier momento de su vida... sin tachaduras.