Los iberos constituyen una de las culturas más interesantes del Mediterráneo antiguo, un rico mosaico de pueblos distribuidos por la fachada oriental y el sur de la PenÃnsula Ibérica, desde la Provenza francesa hasta Cádiz. La arqueologÃa se acerca a su tiempo y a sus territorios con el objetivo de analizar sus procesos históricos y, en general, la transformación de las formas de vida en los siglos anteriores a la conquista romana. Agricultores, ganaderos, guerreros, comerciantes o artesanos, los iberos eligieron decididamente las imágenes como un medio de expresión para exponer creencias y construir sus discursos. Importadas o propias, son imágenes que se erigen, se destruyen, se reinventan y forman parte del espacio social y del paisaje. Examinarlas nos permite asomarnos a cómo concibieron el medio natural que les rodeaba, cómo justificaron la trama de relaciones sociales que sustentaba la apropiación del poder y cómo elaboraron mitos sobre sus orÃgenes, sus antepasados, sus héroes o sus dioses. No podrÃamos comprender la originalidad de su mundo sin las imágenes, que nos acercan a valorar qué sabemos realmente hoy de su sociedad. Ellas nos ayudan a conocer esta parte de nuestra rica herencia cultural, que se reinventa constantemente, que se incluye y se utiliza aún en diversos discursos polÃticos e identitarios. Mirar al pasado ibero es parte activa de la constante y conflictiva construcción del futuro.