Bienvenidos al fascinante mundo de la inmunología. El estudio de cómo nos defendemos de los miles de microorganismos que se asientan sobre nuestra piel y mucosas y que ingresan en el aire que respiramos, en los alimentos que ingerimos, o por heridas, quemaduras y picaduras de insectos, es muy gratificante porque permite conocer y entender los mecanismos de defensa inmune. La importancia del sistema inmune es tal que nuestro genoma dedica mil genes a su regulación. Algunas de sus células, los linfocitos, ´aprenden´ en su encuentro con microorganismos patógenos cómo desarrollar mecanismos de defensa, de los cuales guardan ´memoria´, para emplearlos posteriormente con el fin de poder iniciar una respuesta más rápida, potente y específica, contra los patógenos que ingresan al organismo por segunda vez. Los linfocitos ´enseñan´ a otras células, los macrófagos, a activar procesos enzimáticos para ´destruir´ a los patógenos o células anormales. Las células del sistema inmune circulan por todo el organismo, se interrelacionan con todos los tejidos y órganos y actúan sinérgicamente para defendernos de las agresiones externas e internas.