JORGE ALBERTO GUDIÑO HERNANDEZ
El Goterón es un poblado de poco más de trescientas casas habitadas por mineros que apenas cuentan con lo indispensable. Los dueños de la empresa minera saben que debajo de esas casuchas hay vetas de un valioso metal, por lo que quieren apoderarse de los terrenos; para ello han comprado la conciencia de abogados ambiciosos, de autoridades corruptas y de Nicolás, el cura de la localidad. Su meta: mudar al pueblo completo a varios kilómetros de distancia.áEn esta novela convergen un asesino profesional que quiere venganza; Perro viejo, antiguo jefe de policía que se exilió al pueblo de sus abuelos; un anciano moribundo y su nieto idiota; una cantante pequeña y sublime; un cura dispuesto a fundar una nueva religión; un incipiente abogado que desea triunfar a toda costa...áEl conjunto articula un mosaico intenso, con fuerte carga emotiva y personajes que, aunque cercados por la ignorancia, el miedo, la codicia y la crueldad, buscan alcanzar el milagro de la felicidad y la salvación del alma. A fin de cuentas, la mudanza de un pueblo no puede entenderse si no a partir de quienes lo habitan, quienes la hacen posible, y quienes están ahí de paso.
