Este volumen, único en su tipo, brinda un retrato inédito, emocionte y auténtico de Juan Pablo II, el Papa peregrino. Presencia discreta pero constante, el fotógrafo Gianni Giansanti ha captado al sucesor de Pedro a lo largo de sus años de pontificado: ya sea en medio de la muchedumbre o en sus momentos de meditación persol, o desde sus primeros pasos como Papa hasta el reciente y difícil viaje a Tierra Santa, mostrándolo en sus expresiones más significativas y sus gestos más íntimos.
La figura del Papa se va delineando poco a poco a través de una tranquila jorda en el Vaticano o alguno de sus viajes pastorales: es un hombre de fe rezando solitario y un estadista absorto ante la mesa en que ha reunido a los poderosos de la Tierra, Francois Miterrand, Yasser Arafat, Mijail Gorbanchov, Bill Clinton.
Las fotografías de Giansanti y el texto que las acompaña, obra de Marco Tosatti -corresponsal que ha cubierto día a día a Juan Pablo II para el periódico italiano La Stampa, durante casi veinte años- restituyen al Papa su dimensión huma más autentica.
En estas páginas aparece, como nunca, el personaje actual y complejo que es Karol Wojtyla. El papel ecuménico del pontificado de Juan Pablo II -quizá su característica más importante-, es documentado en la conclusión de este impresionte volumen.
Los autores llevan al lector a cada rincón del mundo transitado por Su Santidad, ilustrando la escrupulosa preparación que precede cada visita pastoral en tierras lejanas, los raros momentos de privacidad, la llegada y la recepción brindada en Filipis, Polonia y México por millones de fieles, el encuentro con personajes extraordinarios como la Madre Teresa de Calcuta, hasta los históricos viajes a la Habana, en la Cuba de Fidel Castro, o al mosterio de Santa Catarina, sus lugares sagrados del Cristianismo.
Entre las imágenes más conmovedoras del presente volumen se encuentran las dedicadas al inolvidable peregrinaje a Jerusalén, donde Juan Pablo II cumplió su papel de embajador del mensaje evangélico no es una simple documentación de sucesos históricos, constituye el retrato definitivo de Juan Pablo II, un Papa extraordirio de tiempos extraordirios.
