En el siglo XIX el romanticismo y el idealismo dominaban la vida cultural de Alemania. En este ambiente cultural desaparece Dios como persona. La razó,n dejó, de ser finita. Hegel sostiene que el Absoluto es inmanente a la razó,n, que la filosofí,a tiene la vocació,n de saber fundante, enciclopé,dico y omnicompresivo, mientras que la fe pertenece al á,mbito de lo irracional.
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Kierkegaard se opone a Hegel, con su reflexió,n impide que el individuo quede absorbido por el Absoluto. La persona concreta debe ponerse ante Dios, lo finito ante lo infinito.
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El cristiano, al vivir la paradoja de la fe, se hace contemporá,neo de Cristo. La fe se vive como ",instante",, no como ",historia",. Al destacar el cará,cter paradó,jico de la fe, Kierkegaard enraí,za su reflexió,n sobre Dios, Cristo, el hombre, el pecado, en San Pablo y Lutero.