Una Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas fue la respuesta ética y política del presidente del Gobierno de España a los atentados terroristas de marzo de 2004 en Madrid y a la amenaza global de un choque de civilizaciones. Una propuesta, la suya, en las antípodas de la «guerra contra el Terror» decretada en 2001 por la Administración Bush, y de su colofón, la invasión de Irak.