LA CLÍNICA PSICOANALÍTICA Y EL FIN DEL ANÁLISIS

LA CLÍNICA PSICOANALÍTICA Y EL FIN DEL ANÁLISIS

$ 250.00
Pesos mexicanos (MXN)
AGOTADO. Informes: Llame o Escribanos
Editorial:
MEDIANOCHE
Año de edición:
ISBN:
978-607-9165-58-1
Páginas:
298
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´¿Qué es en efecto el psicoanálisis?´ En El acto psicoanalítico (1968) Jacques Lacan lanzó esta interrogante que a unos les parecerá que evoca una respuesta obvia y supérflua, pero es una pregunta que en su aparente simplicidad y banalidad es capciosa, pues quien pretenda contestarla corre el riesgo de caer en la ambigüedad y el equívoco.Lacan no deja en el aire esta interrogante, pues en el mismo seminario se propone dar cuenta de qué es el psicoanálisis (tipo o no) a través de sus resulta-dos clínicos; es decir, la respuesta a este cuestionamiento, planteado por quien insistió en la necesidad imperiosa de retornar a Freud, se puede deducir al definir la cura que se espera de un análisis.La cura es imprescindible no sólo porque es la causa del psicoanálisis, es además la que permite pensar su teoría, delimitar su singular clínica y deslindarlo de otros discursos y quehaceres: el psiquiátrico, el psicológico o el psicoterapéutico. De ahí que si se desea decir qué es en efecto el psicoanálisis, la pregunta tendría que ser la siguiente: ¿Cuáles son los efectos del psicoanálisis?Así, Hans Hiram P. G. de manera crítica, un tanto sarcástica, osada y con constantes referencias a Freud, Lacan y a otros pensadores, presenta un estudio psicoanalítico de la noción de cura y de las principales propuestas teórico-clínicas que se han construido sobre el fin de análisis. Y utilizando la Botella de Klein y la banda de Moebius plantea las bases para cuestionar la idea de dividir dicotómicamente al sujeto y la intersubjetividad.Al mismo tiempo aclara que el psicoanálisis no es una práctica sugestiva, pedagógica o de consejería. Ni es -argumenta el autor- un espacio donde se intente eliminar el síntoma, normalizar al sujeto, controlar las pasiones o reparar un daño para que el paciente recupere un (supuesto) estado anterior, ya que en la clínica psicoanalítica ´no vale la pena -como afirmó Lacan- terapiar lo psíquico´, terapiar lo inconsciente.