Decidir cómo intervenir en la vida pública, cuánto replegarse en la privada; elegir entre una obligación religiosa y otra de gratificación consumista: este tipo de encrucijadas entre comportamientos exduyentes caracteriza a las sociedades modernas o industrializadas, según el sociólogo británico Anthony Giddens, quien dedicó con exclusividad a ellas su obra Básica La constitución de la sociedad (1984). Un sujeto es moderno y postradicional en la medida en que efectúa un “monitoreoö de su propia conducta. En la modernidad, más que en cualquier época anterior, los sujetos hacen su historia conociéndola, apropiándose del tiempo en lugar de meramente vivirlo. Explicar la existencia de estas encrucijadas y los porqués de las elecciones ante ellas implica, para Giddens, la necesidad de conciliar, en una teorÃa social unitaria, acción y sistema. Es un mérito del autor haber aceptado las dificultades que entraña este proyecto, concebido para llevar a cabo una reorientación global del programa teórico de la ciencia social. La diversidad de escuelas de pensamiento que somete a crÃtica positiva, asà como el alcance y el detalle de la propia teorÃa, distinguen a Giddens de otros autores. La teorÃa de la estructuración, fruto de este proyecto, reconstruye los hallazgos de disciplinas que van más allá de todas las fronteras nacionales y disciplinarias, y propone simultáneamente una alternativa a los dilemas que han acaparado la atención de la investigación social en la segunda mitad del siglo XX.