Madero se incorporó y bajó del coche. Detrás de él, Cárdenas desenfundó su pistola, le apuntó a la cabeza y disparó. El Apóstol de la Democracia cayó al suelo, muerto instantáneamente. En el automóvil de atrás, Pino Suárez alcanzó a percatarse de lo que sucedía. Al descender del vehículo intentó correr gritando:
¡Socorro, me asesinan!
Así culminó uno de los episodios más sangrientos en la historia de nuestro país. Las advertencias de Gustavo A. Madero a su hermano, el primer presidente de la revolución; la intromisión del embajador Lane Wilson, la
traición de Victoriano Huerta y la inolvidable Marcha de la Lealtad por
las calles de la capital, son narrados magistralmente por José Manuel
Villalpando con una intensidad que refleja la angustia de un gobierno que atestigua el final de la inci- piente democracia.
De nuevo el autor sorprende a sus lectores con un relato ágil, apasionante, esta vez sobre los diez días que conmocionaron a México en febrero de 1913. Villalpando vuelve a poner el dedo en la llaga y nos recuerda cómo las balas y las deslealtades marcaron para siempre el anhelo de libertad de una nación.