La posición social que las personas alcanzan en su vida adulta depende de factores que no se limitan a las cualidades y los méritos individuales. La clase social de origen puede ser una variable que condiciona altamente o levemente los destinos sociales de las personas, dependiendo de las oportunidades de progreso que una sociedad brinda a sus miembros en un determinado momento histórico. En este sentido, las sociedades modernas han depositado su confianza en la educación como una institución que puede nivelar y suprimir las desigualdades sociales de origen.áPero, ¿es fundada esta confianza en Argentina, en un contexto creciente de segmentación educativa y de multiplicación de espacios de exclusión, a raíz de las reformas neoliberales de finales del siglo XX? ¿Tienen los argentinos distintas oportunidades de vida en función de la clase social de procedencia, de su condición de género y de las escuelas en las que se formaron? La investigación que contiene esta obra busca dar respuesta a estos y otros interrogantes mediante un estudio del proceso de estratificación y de los mecanismos que contribuyen a la reproducción de la desigualdad social en dos espacios: la escuela y el trabajo.