En La Habana, República de Cuba, en el año de 1953, se publico la obra Tratado Práctico sobre la Letra de Cambio y, en el año de 1958, se publico la segunda obra sobre el mismo tema, titulándola La Letra de Cambio: Su mecánica y funcionamiento. Ambas publicaciones tuvieron una benévola acogida, y buena prueba de ello fue que las dos ediciones se agotaron en muy poco tiempo, éxito que fue debido, especialmente, a la necesidad de que los profesionales, o sea, los abogados, los contadores públicos y privados, los banqueros, los bancarios (los empleados de banco), los comerciantes y los industriales, y el público en general, contaran con la debida información para hacer uso de este instrumento, tan divulgado en la actualidad, que ha llegado a tener casi la consideración de la moneda. Así es, efectivamente, puesto que todas las clases sociales emplean la letra de cambio como medio de cobrar y hacer pago de las obligaciones que adquieren a favor, o en contra, bien siendo libradores, tomadores, o simplemente aceptantes de estos documentos. Tanto se ha popularizado este medio, que las gentes, como los sacristanes en las iglesias pierden el respeto a los santos, han perdido el respeto a la letra de cambio, y la libran, la endosan, la aceptan, la avalan y, en general, la emplean con gran desenfado, sin saber la trascendencia de las obligaciones que contraen y, en ciertos momentos, vienen a sufrir las consecuencias de este desconocimiento.