En tiempos míticos de una civilización mal conocida y rodeada de misterio: la Celta, nace de la estrecha unión entre dioses y hombres, un reino fabuloso: Cathair-Fleodruinn (Ciudad-Flotante). No obstante, una profecía planea como una amenaza sobre la perpetuidad del mismo. Druidas, guerreros invencibles, una hermosísima princesa, duendes, dragones, fuerzas oscuras y lumínicas participarán de la vorágine de unos acontecimientos, cuya causa se esconde en el corazón de los hombres, y cuyas consecuencias serán transcendentales no sólo para los héroes de la leyenda sino también para la existencia del reino. La leyenda de la luminosa Cathair-Fleodruinn es un cuento concebido a la antigua usanza, es decir que, en él, el autor pretende unir ´lo útil´, a ´lo agradable´. O, por decirlo de otra manera: la fantasía al servicio de las enseñanzas morales y éticas. Tal fue el objetivo profundo de todo cuento desde los griegos. Ese fue también el principio básico de las bellas y aleccionadoras fábulas de La Fontaine, para quien: ´Un apólogo (cuento) se compone de dos partes, de las cuales una podría llamarse el cuerpo, la otra el alma. El cuerpo es la historia, el alma las enseñanzas.´