Dicen que, cuando Quetzalcóatl era un niño, se aburría mucho en la casa de los dioses. Entonces bajó a la Tierra para vivir junto a la gente de Tula. Los toltecas cuentan que el pequeño dios se transformó en un rey al trabajar compartiendo los sueños y la sabiduría con las personas. Tan fuerte era su deseo de formar un pueblo más feliz, que en sus pesadillas descubrió el secreto de un alimento mágico. Un secreto que había sido guardado por el milenario ejército de las hormigas. Así fue como, desde las tierras mexicanas, el maíz hizo girar el curso de la Historia. En este libro está escrita la verdadera leyenda.
