En la obra de Antonio Alatorre, La migraña ocupa un lugar significativo: se trata de la única novela que el filólogo escribió y que conservó hasta el final de su vida entre sus papeles. En estas páginas la memoria despliega su misteriosa capacidad para evocar el pasado y unirlo con el presente, haciendo de ambos un mismo tiempo: ´´Me ha venido al recuerdo -a la fantasía, más bien- un pasaje de mi vida, un pasaje que puede ser dramático y patético, o simplemente tierno, provocador de lástima, un pasaje que puede ser muchas cosas, significar muchas cosas, depende del lector, o más bien depende de mí, de la manera como ahora lo siento, de la manera de decirlo, de la ´´escritura´´ que resulte´´, expresa Guillermo, el memorialista que a partir de una imagen evoca al joven que fue hace treinta y cinco años para descubrir que ahí, en ese pasado, se encuentra la clave para descifrar su vida. Esta novela, breve e intensa, es a la vez un ejercicio inédito en el terreno de la creación literaria y un homenaje a una trayectoria dedicada a la literatura.