No siempre somos conscientes de que el matrimonio es un camino para encontrar en él a Dios. Se nos escapa que es en sí un reflejo de la Trinidad. Que vi viendo nuestro amor de esposos, estamos reviviendo en nuestro hogar el amor del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.áEsto quizá parezca algo muy elevado. Es mística pura. Sin embargo, los autores -con mucha experiencia en el amor conyugal- nos hacen ver que no es cosa lejana la mística en nuestro matrimonio.á´El amor -nos dice Alphonse y Rachel- es la vida misma de la santidad, pues Dios es amor y es santo. Cuando un hombre y una mujer se aman y ese amor envuelve toda su vida, es con Dios mismo con quien se comunican y por eso se santifican´.