A pesar de que los requerimientos y desafíos del mercado de trabajo son cada vez más complejos, la formación de profesionales en el ámbito de la música clásica sigue centrándose casi de modo exclusivo en la interpretación y, de modo particular, en la preparación de instrumentistas. Resulta paradójico que aunque las posibilidades de formar parte de una orquesta son cada vez menores, las instituciones educativas persistan en este camino y continúen sin preparar a los estudiantes en ámbitos emergentes que exigen conocimientos específicos. Desde esta perspectiva, La música clásica como profesión, constituye un recurso esencial para todos aquellos educadores, profesionales e investigadores interesados en comprender las dificultades a las que se enfrentan los músicos en la actualidad. Tomando Australia como modelo, Dawn Bennett muestra cómo las industrias culturales y recreativas han adquirido un papel cada vez más importante en ese país, llegando a demandar una gran cantidad de empleos para los que los músicos profesionales no están cualificados. Los músicos del siglo XXI necesitan contar con una serie de conocimientos diversos y en continua evolución que les permita mantener sus carreras en el ámbito de las industrias culturales. Bennett mantiene que un músico ya no puede ser definido simplemente como un intérprete, sino como alguien que trabaja en uno o más campos específicos dentro del inmenso y diverso campo de la música. La percepción del músico como un profesional con múltiples habilidades ha de ser tenida en cuenta no sólo en el desarrollo de políticas educativas y culturales, sino también en los procesos de formación inicial y continua. Este libro, indispensable, proporciona un análisis exhaustivo de la vida de cualquier músico, desde que se inicia su formación hasta que se incorpora al mercado de trabajo. Aunque gran parte de los ejemplos se refieren al caso australiano, los temas tratados en el libro se relacionan de forma directa con la situación vivida en la mayoría de los países del mundo.