Es una novela con tono de fábula, enormemente evocadora, que se desarrolla en un lugar indeterminado de la cordillera de los Apalaches y en una época próxima al paso del siglo XIX al XX. Más allá de la trama y el desarrollo argumental, la narración recoge la atmósfera agobiante y trágica que caracteriza el enérgico estilo de su autor, considerado por el prestigioso crítico Harold Bloom, entre otros, como el escritor norteamericano de nuestro tiempo con mayor altura literaria. Una mujer da a luz al hijo de su propio hermano, este abandona al bebé en el bosque y le dice que el niño ha muerto por causa natural. Al descubrir la mentira, ella se marcha en solitario para buscar a su hijo. Hasta aproximarse a un final misterioso y apocalíptico, ambos hermanos deambulan por separado por todo el condado mientras son hostigados por tres aterradores y extraños desconocidos. Una relectura en carne viva literaria de mitos universales en la que muy curiosamente resuenan ecos de la mejor literatura popular: incesto, fuga, bosque y extravío, reencuentro y venganza.