Existe la equivocada percepción de que para vivir una vida que tenga sentido tienes que dejar tu trabajo y resolver el hambre en el mundo, dar cobijo a los sin techo, iniciar una fundación en África o promover la paz por todos lados. Aunque todas esas son causas nobles quedan lejos de la mayoría de los mortales, y el sentido a nuestras vidas se puede encontrar perfectamente aquí y ahora en cualquier trabajo.áCuando le das un sentido a tu trabajo, este a su vez te llena de energía en todos los aspectos de tu vida. Puede que no construyas librerías alrededor del mundo, pero es posible que le leas a tus hijos cada noche. Es posible que no puedas alimentar a los hambrientos, pero sí llenar de energía a la gente que te rodea.áCuando tomas conciencia de la importancia de marcar una diferencia con tus clientes o los empleados con los que trabajas, te das cuenta de que puedes mejorar el mundo en cada punto de contacto que tienes con ellos.áUn empleado de limpieza que friega suelo en las oficinas de la NASA puede estar orgulloso de ayudar a enviar un hombre a la luna. Un conductor de autobús puede estar feliz de ayudar a que algunos niños se mantengan alejados de las drogas. Un renegociador de hipotecas se puede jactar de ayudar a que algunas familias mantengan sus hogares.áCuando decides servir a los demás en cada pequeña oportunidad, cuando decides darle sentido a tu vida, la vida se vive mejor.
