A los dieciséis años, Tessa Cartwright es hallada en un campo de Texas, prácticamente muerta, junto a los cuerpos de otras chicas. Es la única sobreviviente de las "Susanas de ojos negros", como la prensa llama a las víctimas de un psicópata, debido a que las entierra bajo las flores silvestres del mismo nombre, que crecen durante el verano. Debido a la tragedia y a las horas traumáticas que pasó bajo tierra, Tessa no puede recordar nada.
Casi veinte años después, todo parece marchar en calma. Ella es madre soltera de una adolescente y el hombre condenado a pena de muerte por el asesinato está a punto de ser ejecutado. Hasta que una fría mañana de invierno Tessa descubre que alguien ha sembrado esas pequeñas flores amarillas en su jardín, lo que significa que están a punto de matar a un inocente y, lo que es peor, el verdadero asesino está libre, sabe dónde vive y ha reaparecido para amenazarla... Tessa no podrá salvarse sin enfrentar su pasado para recuperar los dolorosos recuerdos que quedaron sepultados y que ahora claman por salir a la luz.