MARIA DEL PILAR QUERALT DEL HIERRO
Felipe II no fue el hombre frío y cerebral que transmite la historiografía tradicional. Las más recientes investigaciones demuestran que fue un joven apasionado y galante, pero también un marido entrañable. Que supo de amores prohibidos y de matrimonios por razón de estado. Que conoció tempranamente el dolor de la pérdida cuando, siendo un niño, quedó huérfano de madre, la hermosa e inteligente Isabel de Avís, y en sus últimos años de refugio en el cariño y la compañía de sus hijas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela, nacidas de su unión con Isabel de Valois. Ese Felipe II, íntimo e incluso entrañable, galán y apasionado, es el que reflejan las páginas de Las mujeres de Felipe II. Deber y pasión en la casa del rey. Por ellas desfilan las cuatro esposas del monarca, María Manuela de Portugal, María Tudor, Isabel de Valois y Ana de Austria, amantes como Isabel de Osorio o Eufrasia Guzmán, sus hijas Catalina Micaela o Isabel Clara Eugenia y el gran interrogante, la princesa de Éboli. Mujeres todas definitivas en la vida del Rey Prudente que desvelarán la figura de un hombre desconocido para muchos y, sin duda, muchos más atractivo que lo que deja entrever la historiografía tradicional. Un monarca en cuyos territorios ´´no se ponía el sol´´ pero atrapado en una continua tormenta interior que lo llevó a convertirse en el hombre ascético e introvertido que hizo del Monasterio del Escorial su última y definitiva morada.