Los buenos jugadores saben que en el póker influyen básicamente tres elementos: la suerte, la capacidad de cálculo y la habilidad para ocultar las emociones propias, asó como para descubrir las del contrincante. Cientos de miles de años de evolución han hecho que tanto el cerebro como el cuerpo humano reaccionen de una forma determinada en respuesta a las diversas situaciones que se nos presentan. En el juego del póker, ser capaz de leer esas reacciones tiene un valor inmenso. Los sencillos ejercicios incluidos en este libro enseñaran al lector a incrementar sus habilidades de conservación, haciéndolo capaz de descubrir en los demás jugadores indicios y movimientos inconcientes que antes le pasaban desapercibidos. También aprenderán a ser él mismo un poco menos ´legible´ para los demás.
