A ver, ¿quién puede presumir de tener una abuela divertida, amorosa y dispuesta a todo, incluida la misión de trepar la reja del cementerio? Yo sí. ¿No me crees? Entonces empieza a leer y no sólo me darás la razón, sino también te divertirás tanto como nosotros y te reirás hasta que te duela la panza, ya verás.